“Luces y Sombras de la Economía: Argentina y el Mundo al Cierre de Agosto”

Ago 29, 2025

La economía local cerró agosto con un escenario de claroscuros. El Ministerio de Economía reafirmó su compromiso con el equilibrio fiscal y confirmó que no se han utilizado fondos del programa con el FMI desde abril, buscando reforzar la confianza en la sostenibilidad macroeconómica.

No obstante, la actividad comienza a mostrar signos de enfriamiento. Los indicadores de consumo e inversión apuntan a un menor dinamismo, y varias consultoras redujeron sus proyecciones de crecimiento anual.

En el frente financiero, el Banco Central endureció los controles sobre las posiciones en dólares de los bancos, limitando su exposición negativa diaria. La medida busca reducir riesgos cambiarios, pero introduce rigidez en la operatoria bancaria. A la par, las tasas en pesos continúan en niveles muy elevados más del doble de la inflación proyectada lo que restringe el crédito, encarece el financiamiento de las pymes y desalienta nuevas inversiones productivas.

Un dato positivo provino del sector energético. La producción de petróleo alcanzó en julio su mayor nivel en 26 años, impulsada por Vaca Muerta. Este récord refuerza el superávit energético y aporta un ancla estratégica para la balanza de pagos en el mediano plazo. Sin embargo, la volatilidad cambiaria y la falta de plena liberalización del mercado de divisas continúan limitando la confianza inversora.

En el mercado global, agosto se caracterizó por un renovado optimismo de los inversores internacionales. El S&P 500 avanzó un 9% en los últimos meses, con márgenes netos del 12,8% en el segundo trimestre, por encima del promedio de cinco años. Este desempeño resulta notable considerando el impacto de los aranceles y un crecimiento global moderado.

En renta fija, los bonos del Tesoro estadounidense registraron caídas de 25 puntos básicos en el plazo a dos años y de 20 puntos básicos en el de 30 años. Las expectativas de flexibilización monetaria ganaron fuerza tras la conferencia de Jackson Hole, donde Jerome Powell anticipó que la Reserva Federal reducirá tasas en septiembre, salvo sorpresas en los datos de empleo o inflación.

El motor del optimismo global continúa siendo el sector tecnológico estadounidense. Microsoft, Alphabet, Meta y Amazon anunciaron presupuestos de capital récord entre 70 y 118 mil millones de dólares cada una destinados a inteligencia artificial y centros de datos. Este superciclo proyecta un aumento sostenido de la demanda energética y tecnológica durante la próxima década.

En Europa, las acciones avanzaron un 4% en el trimestre y acumulan un alza del 25% en lo que va del año, favorecidas por la debilidad del euro. Sin embargo, la reciente apreciación de la divisa representa un desafío para los exportadores. A pesar de ello, las políticas industriales en defensa, energía limpia y semiconductores impulsan la inversión y otorgan visibilidad de ingresos a mediano plazo.

China mostró un panorama más complejo. En julio, el crédito privado cayó por primera vez en casi 20 años, reflejando la debilidad del mercado inmobiliario y la baja demanda de préstamos. La inflación se mantiene en 0%, el desempleo juvenil crece y la producción industrial se desacelera. Aun así, el sector tecnológico se mantiene resiliente gracias a valuaciones atractivas y un marco regulatorio más estable, generando oportunidades selectivas en un contexto adverso.