La economía argentina continúa atravesando un escenario de alta volatilidad en los frentes financiero, cambiario y político. El Gobierno de Javier Milei enfrenta el desafío de sostener la estabilidad macroeconómica mientras busca avanzar con su agenda de reformas en un contexto de tensiones institucionales y resistencias legislativas.
En el plano político, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que limita el alcance de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), reduciendo la capacidad del Ejecutivo para gobernar por decreto y obligando a fortalecer la negociación parlamentaria. A ello se sumó la renuncia de José Luis Espert tras denuncias que impactaron internamente en La Libertad Avanza, generando incertidumbre en la previa electoral.
En el frente económico, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció un programa de apoyo financiero por hasta USD 20.000 millones, destinado a estabilizar el mercado mediante compras de pesos y swaps de monedas. El anuncio impulsó una suba promedio del 6 % en los bonos soberanos y una baja del riesgo país a 1.080 puntos básicos, aunque analistas advierten que el efecto dependerá de la concreción del acuerdo y sus condiciones.
El economista Scott Bessent destacó que Argentina enfrenta “un problema de liquidez, no de solvencia”, subrayando la importancia de consolidar el equilibrio fiscal y la previsibilidad política. En el mercado cambiario, el dólar blue se mantuvo entre $1.430 y $1.450, mientras el tipo oficial cerró cerca de $1.460, con intervenciones del Tesoro por unos USD 320 millones para contener presiones y mantener la brecha en torno al 10 %.
En el ámbito internacional, la Reserva Federal anticipó un sesgo más flexible y posibles recortes de tasas antes de fin de año, lo que impulsó el apetito por riesgo en Wall Street: el S&P 500 encadenó ocho subas en nueve ruedas, liderado por el sector tecnológico. En paralelo, China reforzó su control sobre la exportación de tierras raras y Europa enfrenta un nuevo foco de inestabilidad tras la renuncia del primer ministro francés.
Finalmente, el Fondo Monetario Internacional advirtió sobre riesgos de correcciones en los mercados globales ante la sobrevaluación de activos y la incertidumbre política. El oro alcanzó los USD 4.000 por onza, reflejando una mayor preferencia por activos refugio en un contexto de elevada incertidumbre global.