La economía argentina transitó una semana clave con definiciones relevantes en los frentes monetario, político y financiero. La publicación de un IPC mensual en su nivel más bajo de los últimos cinco años consolidó el proceso de desinflación iniciado en el primer trimestre, en un contexto de anclaje cambiario reforzado por nuevas medidas de política monetaria. Al mismo tiempo, la dinámica política se vio alterada por la ratificación de la condena a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, un hecho que reduce la incertidumbre electoral de corto plazo y reconfigura el mapa político de cara a los próximos comicios.
El Banco Central profundizó su estrategia de fortalecimiento de reservas a través de mecanismos de financiamiento de corto plazo y una flexibilización parcial del cepo, mientras que los mercados financieros mostraron un comportamiento selectivo, con rotaciones hacia activos dolarizados. En este marco, los inversores analizan la sostenibilidad del actual equilibrio macroeconómico en un entorno donde persisten vulnerabilidades estructurales significativas.
La inflación de mayo, publicada esta semana por el INDEC, marcó un aumento mensual del 1,5%, el registro más bajo en los últimos cinco años. La inflación acumulada en lo que va de 2025 se ubicó en 13,3%, mientras que la inflación interanual descendió a 43,5% desde el 47,3% del mes anterior. El IPC Núcleo, que excluye alimentos y energía, avanzó un 2,2% en el mes. Por rubros, alimentos subieron solo un 0,5%, mientras que comunicaciones lideraron las alzas con un incremento del 4,1%. La trayectoria de desinflación es consistente con el ajuste fiscal y monetario impulsado por el gobierno, aunque el comportamiento del IPC Núcleo evidencia que la inercia inflacionaria no ha sido completamente eliminada y que el proceso es aún frágil frente a posibles shocks en tarifas y salarios.
En el plano cambiario, el dólar oficial cotizaba en torno a ARS 1.200/USD, mientras que el dólar blue operaba en un rango de ARS 1.185–1.190/USD, según las últimas cotizaciones disponibles al cierre parcial de la jornada. El Banco Central avanzó con medidas para reforzar la estabilidad del tipo de cambio, eliminando el plazo mínimo de permanencia para inversores extranjeros (Comunicación A 8257), realizando una emisión de USD 1.000 millones en Bonte 2030 y cerrando un repo por USD 2.000 millones con bancos internacionales. Las reservas brutas alcanzaron los USD 38.600 millones, aunque las reservas netas permanecen en terreno negativo. La estabilización del frente cambiario es un logro de corto plazo, pero su sostenibilidad estará condicionada a la capacidad del BCRA de acumular reservas genuinas y a mantener una política monetaria restrictiva.
En los mercados financieros, los bonos soberanos en dólares recortaron ganancias y cerraron con bajas de hasta 1,3% en Wall Street. El S&P Merval avanzó un 0,7%, impulsado por flujos hacia activos en dólares y la expectativa de estabilidad cambiaria. Los ADRs argentinos destacaron con subas de hasta 4,6%, reflejando un cambio en el sentimiento inversor tras la resolución de tensiones políticas. La emisión del Bonte 2030 evidenció cambios en la composición de portafolios, con una preferencia marcada por activos dolarizados en un contexto donde las expectativas de inflación y devaluación siguen condicionando las decisiones de cobertura.
En el plano político, la Corte Suprema ratificó la condena de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por corrupción. El fallo, que la excluye de las elecciones legislativas de octubre, fue interpretado por los mercados como una señal de fortalecimiento institucional y de reducción de riesgo político. Si bien generó reacciones adversas en una parte del electorado peronista, consolidó el discurso institucional del gobierno de Javier Milei, que avanza con su paquete de reformas económicas en la denominada “Fase 3”, orientada a profundizar la disciplina fiscal, la apertura cambiaria y la regulación financiera.
El escenario macroeconómico combina avances importantes en la estabilización inflacionaria y cambiaria con vulnerabilidades estructurales que persisten. La desaceleración de la inflación es un dato positivo, pero la inflación núcleo elevada y el componente inercial del proceso sugieren prudencia. La estabilidad cambiaria aporta previsibilidad en el corto plazo, aunque está sostenida por instrumentos transitorios como repos y colocaciones en dólares. La sostenibilidad del actual equilibrio dependerá de la consolidación fiscal, de la acumulación de reservas netas genuinas y del cumplimiento de las metas acordadas con el FMI.
Desde una perspectiva financiera, los mercados reaccionaron positivamente a la consolidación institucional y a las señales de disciplina macroeconómica. Sin embargo, el contexto electoral, la evolución de las negociaciones con el FMI y la dinámica política de los próximos meses serán determinantes para las expectativas de los inversores. Se recomienda un monitoreo estrecho sobre la evolución de las reservas netas, la inflación núcleo y el panorama político. La exposición a bonos en dólares y ADRs puede seguir siendo favorable, siempre que se acompañe de una adecuada estrategia de cobertura frente a potenciales shocks externos o locales.